GÉNERO: Acción
DESARROLLADORA: Zeus Software
DISTRIBUIDORA: Dinamic
VERSIONES: Amiga, Atari ST, Megadrive, PC
FECHA DE LANZAMIENTO: 14.10.2010
VERSIÓN ANALIZADA: 1992
DEMOSTRACIÓN TARDÍA DE TALENTO
El software patrio vivió su época dorada en la segunda mitad de los 80 con los ordenadores de 8 bits, cuando un par de amigos podían juntar sus conocimientos y ganas de trabajar para realizar un juego de cierta calidad, vender unos cuantos miles de copias y alcanzar un merecido reconocimiento laboral. Sin embargo la aparición de máquinas más potentes que trabajaban con 16 bits implicaban juegos más complejos y tiempos de desarrollo más amplios, aspectos que iban ligados a inversiones económicas más fuertes que en España apenas se dieron. De hecho salvo títulos como Narco Police o Lorna, fueron pocos los juegos españoles que consiguieron cierta repercusión en esta época. Quizá el máximo exponente del software español para los 16 bits fue Risky Woods, un espectacular juego de plataformas en 2D que supo exprimir a tope las capacidades de estos nuevos ordenadores. Por desgracia, el juego vio la luz en un momento en el que los desarrollos en primitivos 3D comenzaban a abrirse hueco en nuestros hogares, quedando relegado a un segundo plano que por calidad nunca mereció.
Risky Woods te pone en la piel de Roham, un joven muchacho que debe enfrentarse al Mal que ha despertado de más allá de los montes, donde se dice, habita su Amo y Señor. En su camino, plagado de luchas contra enemigos de todas las formas y tamaños, deberá liberar a los monjes que inconscientemente dejaron que dicho Mal asolase el resto del mundo. Como ves el argumento sigue la tónica habitual del género, es decir, una mera introducción que no va más allá de unas pocas líneas, y en cuyo desenlace hay de todo menos diálogo. Nos encontramos pues ante un juego de plataformas 2D a la vieja usanza, en el que controlas a tu personaje a lo largo de un buen puñado de niveles plagados de enemigos, saltos entre plataformas, y los típicos jefes de final de fase.
El juego consta de doce niveles, cuatro de ellos correspondientes a los jefes finales, mientras que el resto te llevan a diferentes lugares de camino a la fortaleza del Mal. La aparición de enemigos en pantalla es abundante por ambos lados, de hecho aquí no vale limpiar la zona y descansar ya que tienes un límite de tiempo para acabar el nivel; y porque los bichos siguen apareciendo sin cesar desde ambas esquinas de la pantalla. Cada enemigo aniquilado suelta una moneda que más tarde puedes usar para rellenar tu energía, o comprar nuevas armas como hachas, boomerangs o bolas de fuego. En el transcurso de la batalla encontrarás cofres con suculentos ítems en forma de vidas extras, manzanas que aumentan tu energía, relojes de arena que dan un respiro al tiempo, e incluso algún que otro objeto “maligno” capaz de voltear la imagen de la pantalla. A todos estos contratiempos hay que sumar el hecho de salvar de dos a tres monjes por nivel, mediante unas llaves en forma de ojo que se encuentran estratégicamente situadas en los niveles. Pero cuidado, también hay monjes trampa que tras haberlos liberado inocentemente te restarán un buen puñado de energía. La dificultad es bastante elevada ya que no vas a encontrar checkpoints de ningún tipo, hay que acabarse el juego a capón, y si bien los tres primeros niveles son asequibles, a partir del cuarto la acción se complica, los enemigos se hacen mucho más fuertes y no puedes tomarte ni un segundo de respiro. En definitiva, adrenalina en estado puro.
Risky Woods fue uno de los juegos que más partido sacó a los ordenadores de 16 bits de la época. Sus diferentes versiones fueron espectaculares llevándose la palma las de Amiga y PC, y quedando sólo un poco atrás la versión para Atari ST penalizada por una paleta de colores algo más limitada. El juego cuenta con doble plano de scroll de gran suavidad, escenarios plagados de detalles y colorido, y sprites de tamaño considerable, especialmente los enemigos finales que llegan a ocupar la mitad de la pantalla. El sonido tampoco le va a la zaga, ya que cada nivel cuenta con su propia melodía que daba el do de pecho si tenías una tarjeta Roland apoyada de una SoundBlaster para los efectos digitalizados. Se puede decir abiertamente que Risky Woods también fue uno de los juegos mejor dotados técnicamente de Amiga y Atari, máquinas especializadas en este tipo de juegos. Tal plantel técnico y jugable no pasó desapercibido en la industria, y fue la mismísima Electronic Arts quien distribuyó el juego a nivel mundial, e incluso llegó a versionarlo juego para la consola Megadrive. En esta ocasión se retocaron ciertos aspectos gráficos como el atuendo de Roham o las armas, aunque el alma del juego permanecía inalterable respecto al original aparecido en ordenadores.
Nos encontramos sin duda ante uno de los mejores juegos de plataformas para máquinas de 16 bits, y probablemente el mejor realizado dentro de nuestras fronteras para el venerado Amiga. Su frenética jugabilidad y su impecable apartado técnico le convirtieron en un título de culto para los amantes del género. Desgraciadamente su aparición llegó en un momento de transición, en el que los primeros juegos juegos 3D empezaban a vislumbrar las posibilidades futuras del PC con lanzamientos como Wolfenstein 3D, Alone in the Dark o F-29 Retaliator. Aún así, y a pesar de los años transcurridos desde su lanzamiento, resulta de lo más refrescante desintoxicarse de los entornos 3D hiperrealistas y echarse una partida a un plataformas de los auténticos como ya no se hacen.
LO MEJOR
Gráficos y sonidos de primer nivel.
Desarrollo terriblemente adictivo.
Es un plataformas 2D a la vieja usanza.
LO PEOR
No hay checkpoints por lo que hay que acabarlo del tirón.
El nivel de dificultad es muy alto.