Siempre es de agradecer que los desarrolladores de juegos creen nuevas franquicias, títulos que aunque no innoven jugablemente, ofrezcan universos completamente originales alejados de los refritos a los que estamos acostumbrados. Metro 2033 es uno de estos casos, un shooter en primera persona ambientado en los metros de Moscú tras un devastador desastre nuclear, y que en apariencia no ofrece nada que no hayamos visto antes. ¿O sí? Y es que he de reconocerlo, la primera vez que lo acabé me sentí ligeramente decepcionado.
La ambientación, más típica de un survival horror que de un arcade en primera persona, es soberbia; la historia, basada en el libro creado por Dmitry Glukhovsky, tiene suficiente chicha como para ser superior a la media de lo visto en el género; y qué decir de la parte técnica, excelente incluso en los niveles de detalle medios. Entonces ¿cuáles son esos “peros”? Una vez acabado encontré dos, y bien gordos. El primero eran las escenas de acción, demasiado encorsetadas, rígidas y sin apenas posibilidades. Si ibas “a saco” el juego se convertía en un disparar sin ton ni son, viendo como la munición de escasa calidad no hace ni el más mínimo rasguño a los enemigos. Al final estas escenas, que deberían ser la salsa de un shooter, se transforman en pura frustración. Y el segundo no es otro que la duración, en menos de 8 horas ya me lo había finiquitado, créditos incluidos. “Menos mal que no pagué ni 20€ por él”, pensé.
Sin embargo el sabor agridulce que me dejó el juego me obligó a rejugarlo nuevamente, ahora afrontándolo de una manera distinta, subiendo el nivel de dificultad al máximo y aprovechando todas las posibilidades que te da el juego, entre ellas el sigilo. Y qué queréis que os diga, ¡menudo cambio! Hay decenas de escenarios donde la acción se transforma literalmente en un juego de infiltración, en las que el uso de las sombras, el silencio y las muertes por cuchillo cobran vital importancia. La experiencia jugable se transforma, se gana en tensión, en táctica, en emoción… en todo. Es como pasar de un juego pasable a un juego que roza el sobresaliente.

¿Qué le falta para llegar a esa nota? Ya lo he comentado anteriormente, es un título corto y no tiene multijugador que pueda alargar su vida. Por otro lado tiene dos finales diferentes, lo que te asegura jugarlo un par de veces si tienes curiosidad. Es más, creo que es totalmente recomendable para entender al 100% la historia y disfrutar de sus enormes posibilidades. En definitiva, Metro 2033 es una nueva IP que ha dado la talla, una sorpresa que hace unos años nadie esperaba, aunque eso sí, “hay que saber jugarlo” para disfrutar de todas sus posibilidades.
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