GÉNERO: Acción
DESARROLLADORA: Inifinity Ward / Sledgehammer
DISTRIBUIDORA: Activision
VERSIONES: PC, PS3, Xbox 360
FECHA DE LANZAMIENTO: 08.11.2011
VERSIÓN ANALIZADA: PC
ESPECTÁCULO ASEGURADO
Call of Duty es sinónimo de saga con solera, con millones y millones de seguidores en todo el mundo, y que arrasa especialmente en su vertiente multijugador. Es un rompe récords a nivel de ventas, no hay que darle más vueltas. No obstante sus campañas individuales suelen estar muy cuidadas, se ha conseguido que el héroe solitario de turno se convierta en uno más en mitad de la lucha armada. Realmente es una “ilusión”, ya que todo lo que nos rodea pasa sí o sí, pero lo cierto es que la inmersión conseguida consigue dar el pego. Y por ello me gustaría dar mi opinión sobre la campaña en solitario, la cual sigo considerando indispensable en cualquier juego actual, y a la que los medios cada vez dan menos relevancia.
Es un hecho que desde el lanzamiento del primer Modern Warfare, la experiencia en solitario que ofrece la saga se caracteriza por dos aspectos básicos: espectacularidad y duración limitada. No se busca entretener al jugador durante veinte horas a base de niveles profundos, libertad de acción, y un argumento rico en líneas de diálogo, sino todo lo contrario. El objetivo es darte seis o siete horas de acción rápida, embaucarte en las situaciones más inverosímiles y vivirlas en primera persona con una intensidad total. Y he de decir que la “excisión” Modern Warfare lo consigue excepcionalmente bien, diría más, esta última entrega me parece la mejor de largo.
Porque he de reconocerlo, con esta campaña he disfrutado muchísimo, hacía tiempo que un juego no me motivaba a sacar tantas capturas intentando recoger esos momentos “clímax” que citaba anteriormente. Al igual que ocurría con Modern Warfare 1 y 2, iremos saltando de escenario en escenario tomando el control de diferentes personajes, viajando a lo largo y ancho del globo enfrentándonos a las situaciones más espectaculares que podáis imaginar. Lucharemos entre las angostas calles de París, esquivaremos acorazados frente a los muelles de Nueva York en plena huida a bordo de una lancha motora, seremos partícipes de una persecución brutal en el metro de Londres, experimentaremos la gravedad cero en un avión, y así otras tantas secuencias a cada más impactante y cuya ejecución resulta impecable. Ningún aspecto de lo que nos rodea queda ajeno a la improvisación, somos perfectamente guiados por un envoltorio abrumador, con infantería que nos apoya, con cielos poblados aviones que descargan sus misiles, con tanques derribando muros y casas; y en medio de toda esta sinfonía estamos nosotros, actores partícipes de la acción y al mismo tiempo espectadores de todo lo que se viene encima.
Técnicamente volvemos al debate de siempre. Que si es un motor gráfico anticuado, que si no aprovecha las capacidades de los PCs modernos… Y en cierto sentido estas afirmaciones son correctas, lo que ocurre es que a diferencia de lo visto recientemente con Battlefield 3 cuyo motor gráfico es la panacea, los creadores de Modern Warfare 3 han apostado por otro enfoque distinto pero igualmente válido: centrar sus esfuerzos en el diseño artístico y no tanto en la fuerza bruta. Y eso se deja notar en unos gráficos tremendamente efectistas, no hay nada especialmente deslumbrante pero todo raya a gran altura, es más, me ha sorprendido gratamente ver en escena tal cantidad de unidades y efectos corriendo a 60 frames sostenidos en un PC medio. Creo firmemente que ha habido un salto adelante respecto al anterior Modern Warfare. El apartado sonoro pasa algo más desapercibido, las melodías no serán recordadas por su emotividad, los efectos sonoros cumplen y el doblaje, aunque correcto, sigue haciendo gala de un problema que ya es casi una lacra en esta generación: las voces se oyen muy bajas. Y desgraciadamente el juego no deja elegir el volumen de los efectos y voces por separado, así que activar la opción de subtítulos se convierte en algo casi indispensable para enterarse de los pocos diálogos que hay en mitad de la batalla.
En cierto sentido todo son fuegos de artificio. La acción está totalmente “scripteada”, la libertad es casi nula y en definitiva, la sensación es la de montarte en el típico vagón de una montaña rusa y dejarte llevar por la adrenalina. ¿Es esto malo? ¿Que un juego sea lineal es sinónimo de mal hacer? ¿Si no hay una isla con palmeras, libertad total y un motor gráfico de última generación, “no mola”? Puede que sea la tendencia actual a criticar este tipo de productos, pero yo me encuentro dentro del grupo de usuarios que aún se lo pasa pipa con experiencias de este tipo; directas, sencillas, sin complicaciones añadidas salvo pasar un buen rato frente a tu monitor. Modern Warfare 3 no viene a inventar la rueda ni lo pretende, su único objetivo es hacernos vibrar con acción directa y sin contemplaciones más allá de las que quiere mostrarnos el propio diseñador. Y esta fórmula me gusta, y al igual que me pueden gustar otras, ésta es tan válida como la que más.
LO MEJOR
Cada escenario es una sucesión de situaciones espectaculares.
Gráficamente muy efectista sin requerir gran equipo.
Son 6 horas de pura diversión sin contemplaciones.
LO PEOR
Si buscas libertad de acción, aquí no la vas a encontrar.
Si solo te interesa la campaña, resulta un juego caro.
Las voces suenan bajas respecto a los efectos y música.
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