GÉNERO: Aventura
DESARROLLADORA: Naughty Dog
DISTRIBUIDORA: Sony Computer Entertainment
VERSIONES: PS4
FECHA DE LANZAMIENTO: 10.05.2016
VERSIÓN ANALIZADA: PS4

LA AVENTURA TOTAL

Naughty Dog es una compañía con una trayectoria de lanzamientos prácticamente impecable. Lejos quedan los años en que el estudio asomaba la patita en la PlayStation original con su saga Crash Bandicoot, juegos simpáticos y bien hechos que supieron ganarse el corazoncito y respeto de los jugadores de todo el mundo. Pero fue con la llegada de PS3 cuando la desarrolladora dio un estirón gigante de la mano de nombres tan ilustres como Uncharted y The Last of Us, que la alzaron como una de las mejores compañías de la industria. Este bien ganado prestigio se cimentó en diferentes áreas, desde la parte puramente técnica en la que demostraron ser unos maestros, hasta la parte narrativa con personajes tan carismáticos y profundos como Nathan Drake, Joel o Ellie. Que Naughty Dog sabe contar historias es un hecho más que contrastado, y conscientes de ello han aprovechado esta cuarta entrega para dar lo mejor de sí.

Uncharted 4 se toma así mismo como un juego más serio que sus predecesores, y así lo demuestra la enorme carga narrativa que ofrece sobre todo durante las primeras horas de la aventura. Nathan Drake empieza a peinar canas, ya ha dejado de ser ese aventurero incansable de anteriores entregas para convertirse en un hombre responsable con un trabajo monótono. Su relación con Elena parece ir viento en popa, pero en lo más profundo de su ser sigue echando de menos la emoción de descubrir tesoros en los rincones más variopintos del globo. Este cambio de tercio se vive de primera mano a modo de prólogo que además hace las veces de tutorial perfectamente enmascarado. Un poquito de plataformas por aquí mientras te presenta los personajes, otro poquito de vida cotidiana a lo Heavy Rain por allá, y cuando te das cuenta empieza lo bueno. Sam, el hermano de Nathan, supuestamente muerto desde hace quince años, reaparece de la nada para pedirle ayuda en la búsqueda de un nuevo tesoro. Su vida depende de ello, y como no podría ser de otra manera, ambos se adentran en un peligroso viaje salpicado de contratiempos que nunca olvidarán.

La saga Uncharted siempre se ha caracterizado por ofrecer un acertado equilibrio entre narrativa, secuencias de plataformas y acción aderezadas de pequeños puzles, aspectos que se mantienen tal cual en esta nueva entrega. Por momentos la aventura hace un amago de adaptarse a los nuevos tiempos ofreciendo algunos escenarios de dimensiones muy superiores a los vistos anteriormente en la saga, tanto es así que en los más vastos puedes recorrerlos en vehículos, ya sea para ir al grano de la historia, o por qué no, para perderte por ellos mientras encuentras los típicos tesoros y secretos ya marca de la casa. Afortunadamente no se ha caído en la práctica de las misiones secundarias, de los mapas con iconos repletos de tareas a realizar, ni en la necesidad de mejorar los atributos del protagonista para convertirle en una máquina de matar. Uncharted 4 se mantiene fiel a la idea clásica de una aventura cuyo principal atractivo es vivirla sin que nada te distraiga, y bien que sea así, porque es donde el juego muestra todo su potencial.

De hecho, si nos adentramos en las mecánicas puramente jugables, estas apenas han variado ni un ápice. Los momentos de acción resultan gratificantes sobre todo porque los enemigos van más allá de aguantar una buena ráfaga de disparos, y son capaces de rodearte aprovechando todos los rincones y alturas de los escenarios. No solo eso, también hay libertad para ser creativo y acabar con la presencia enemiga desde las sombras, desde cualquier tipo de cobertura, e incluso colaborando con tus compañeros de fatigas. Las plataformas son facilonas, siguen esa moda actual en la que resulta difícil morir mientras escalas un muro vertical o te tiras hacia un borde que parece inalcanzable. No hay lugar para la duda, Nathan estirará su brazo cuando esté listo y punto, todo muy orgánico y fluido, eso sí, pero carente de cualquier reto salvo el de encontrar algún saliente que te había pasado desapercibido. Tampoco es algo malo, Uncharted 4 va más de pasarlo bien, de disfrutar de sus aventuras, de oír los comentarios de Nathan y sus acompañantes cuando están en mitad de un fregado, con esa naturalidad y acierto que solo Naughty Dog sabe imprimir a sus personajes.

El ritmo de la aventura se las apaña para darte un poquito de todo en su justa medida. Quitando las primeras horas de juego en las que estás supeditado a la parte narrativa, luego la cosa se endereza al ponerse definitivamente el traje de Uncharted, premiándote con la típica ración de plataformas y disparos de anteriores entregas. Hay momentos de exploración pura, otros más moviditos en forma de secuencias de acción y plataformas que se intercalan con algunos puzles sencillos pero bien diseñados, hasta llegar a un punto en el que la historia da el empujoncito necesario para cambiar de aires. Da la impresión de que hay menos cornisas que se derrumban por metro cuadrado, pero aún así Nathan sigue siendo un «atractor» de problemas cuya resolución pasa por espectaculares secuencias marca de la casa. Los viajes, los diálogos, los rodeos, todos los fuegos de artificio tienen sentido gracias a una parte narrativa excepcionalmente llevada que aparca definitivamente el síndrome del chico de los recados. El hecho de ser una aventura de un único camino podría tener que ver, pero pocos juegos son capaces de hacerlo con tal elegancia y cordura como en Uncharted 4.

Visto lo visto no estamos ante un juego revolucionario al menos en temas jugables, sin embargo los chicos de Naughty Dog han sido capaces de ensamblarlo todo de tal manera que jugarlo sea una delicia, y una parte muy importante de todo ese andamiaje tiene que ver con el apartado técnico. Sus juegos fueron probablemente los que mejor explotaron las tripas de PS3, y parece que el idilio con las máquinas de Sony sigue intacto. Uncharted 4 me parece el juego técnicamente más impresionante que hay en consola, tanto en fuerza bruta como en diseño y atención por los detalles. Desde la increíble recreación de los rostros, expresividad incluida, hasta la magnitud y detalle de los paisajes, todo lo que pone en pantalla es un auténtico espectáculo visual cuya única pega es el límite de los 30 fps, un precio que por otro lado se asume muy gustosamente. Uncharted 4 tiene la virtud de no escatimar en detalles, y si hay que mostrar una textura en el rincón más aislado del escenario, pues que sea en alta resolución; y si hay una moto que se ve solo durante tres segundos, pues hacemos que sus espejos retrovisores tengan reflejos reales. Hay tanto trabajo y esfuerzo puesto en cada fotograma, que muy pocas compañías son capaces de igualarlo, por no decir ninguna otra. Tan deslumbrante envoltorio se ve arropado por un doblaje sobresaliente, y un acompañamiento sonoro no menos genial en el que solo se echa de menos una mayor preponderancia de la melodía principal de la trilogía original.

Uncharted 4 es una aventura para todos los públicos en el mejor sentido del concepto. Su fórmula ya ha sido explotada anteriormente en numerosas ocasiones, y sin embargo Nauhgty Dog siempre saca lo mejor de ella para hacer de sus juegos experiencias únicas que justifican no solo la compra del mismo, sino también la de la plataforma sobre la que corre. Uncharted 4 es el juego que demuestra lo que se puede hacer con una máquina de recursos limitados, cuando un equipo de profesionales con un talento descomunal unen sus esfuerzos en pos de crear una experiencia completa e inolvidable. Es La Aventura, con mayúsculas, que todos debéis jugar al menos una vez durante esta generación.

LO MEJOR
Técnicamente es una auténtica maravilla.
Desarrollo variado y bien hecho.

LO PEOR
La aventura tarda en arrancar.

9/10