GÉNERO: Acción/plataformas
DESARROLLADORA: MercurySteam
DISTRIBUIDORA: Konami
VERSIONES: 3DS, PC, PS3, Xbox 360
FECHA DE LANZAMIENTO: 05.03.2013
VERSIÓN ANALIZADA: PC

PEQUEÑO GRAN JUEGO

Tras haber jugado a Mirror of Fate, no dejo de hacerme la siguiente pregunta: ¿hasta donde podría haber llegado este juego si MercurySteam o Konami, hubiesen sido un poco más ambiciosos? Y no hablo tanto de su contenido, que está realmente bien, sino por el hecho de tratarse de un juego diseñado para una portátil en mente, y que a posteriori, fue adaptado tal cual a formato sobremesa. No tengo nada en contra de estas plataformas, ni mucho menos, pero es evidente que «meter» un juego de cierta entidad en este tipo de hardware obliga a limitar algunos aspectos, sobre todo en materia técnica. Y aun con estas limitaciones, que en realidad no son tantas ni tan dramáticas, me he encontrado con uno de los «metroidvanias» más completos y divertidos que he jugado en mucho tiempo.

Este nuevo Castlevania podría considerarse como la continuación de Lords of Shadow, aunque sería mejor catalogarlo como un «juego puente» hasta su auténtica segunda entrega. Tras un breve prólogo en el que controlamos a Gabriel, la historia toma forma en tres actos principales, cada uno de los cuales se centra en sendos personajes del linaje Belmont: Simon, Alucard y Trevor, en su lucha contra Drácula. El componente argumental tiene bastante peso para tratarse de un juego de este tipo, las tres historias están fuertemente conectadas entre sí, y habrá momentos en que los protagonistas coinciden en un punto de la aventura sin que sepamos cómo han llegado hasta allí, cosa que descubriremos más tarde al tomar el control de sus acciones. No es que sea un recurso narrativo especialmente original, pero me gusta cómo se ha implementado en el juego. Todo ello se ve apoyado de secuencias animadas con aspecto de cómic bastante aparentes, y que ponen la guinda a una historia bien llevada, que se deja ver solo cuando es necesaria, sin abusar del recurso.

En términos jugables, los primeros minutos de Mirror of Fate pueden llevarte a engaño. El prólogo resulta bastante anodino, aunque puedo llegar a entenderlo debido al carácter de tutorial que tiene. Sin embargo pasado este periplo, y ya a los mandos del primer protagonista, Simon Belmont, el juego empieza a descubrir sus cartas. Estamos ante un «metroidvania» 2d clásico en el que se integran, de manera muy equilibrada, secciones de plataformas, puzles y combates, y en el que la exploración de los escenarios resulta vital para avanzar en la aventura. Los enfrentamientos son entretenidos y desafiantes, la cantidad de golpes más que suficiente, los escenarios están bien pensados para que nos perdamos por ellos en busca se rutas ocultas, y en definitiva, hay de todo lo que se puede esperar del género: combos desbloqueables, enemigos finales, magias, secretos, y cómo no, estancias inaccesibles a las que solo podremos acceder una vez hayamos adquirido un determinado poder.

Sin embargo lo que realmente me llama la atención de Mirror of Fate es cómo han sabido diferenciar los tres actos, para que cada uno tenga su entidad propia. Por ejemplo el primer acto es quizá el más clásico y equilibrado de todos, con su correspondiente mezcla de exploración, acción, plataformas y puzles a partes iguales; mientras que en el segundo, ya a los mandos de Alucard, hay mayor abundancia y complejidad de puzles, alguno de ellos bastante bien pensado, por cierto; y por último, el acto de Trevor es el más espectacular desde el punto de vista de la acción, ya que nos tocará lidiar con algunos enemigos de gran tamaño en secuencias «on rails». Digamos que cada acto, de unas tres horas de duración aproximada cada uno, tiene su toque personal que lo hace único y diferente a los demás.

Si el juego parece resultar tan completo a nivel jugable, ¿qué hay sobre mi queja del primer párrafo? Si juegas en 3DS olvídate de ella, pero si lo haces en una plataforma superior, es donde empiezan las malas noticias, aunque sería mejor calificarlas como de «menos buenas». Se nota, desde la primera pantalla, que es un juego técnicamente muy limitado. Y no lo digo precisamente por haber pasado del entorno 3d de Lords of Shadow al 2d, sino porque se le notan muchas carencias a nivel de modelados y texturas. Es un juego muy espartano en este sentido, y no es descabellado asegurar que Mirror of Fate se ve como algunos juegos iniciales de PS2 e incluso anteriores, aunque eso sí, con la posibilidad de aplicarle filtros AA y resolución Full HD. Afortunadamente el acompañamiento musical es todo lo contrario. La mano de Óscar Araujo en las composiciones se deja notar ya desde la pantalla de opciones, y aunque la banda sonora al completo no llega al nivel de Lords of Shadow -para mi gusto, de las mejores de todos los tiempos-, es de lo más destacable del juego. Algo por debajo queda la calidad de los efectos sonoros los cuales suenan algo metálicos, ¿quizá fruto de haber sido desarrollados para el chip sonoro de la portátil?

No obstante estas «sombras» en el apartado técnico no deberían ser impedimento para disfrutar de un gran título que, a nivel jugable, está muy bien concebido y es divertido. Aparte de ser el nexo de unión entre Lords of Shadow y su secuela, que también es un punto a favor para los que quieran jugar la trilogía al completo, este juego sería igualmente recomendable si no formase parte de esta saga. Y es que Mirror of Fate tiene mimbres más que necesarios para despuntar en su género, y eso ya es mucho decir a su favor.

LO MEJOR
Buen equilibrio entre acción, exploración y puzles.
Una banda sonora de gran calidad.

LO PEOR
Los gráficos son bastante parcos en detalles.

7/10