GÉNERO: Acción/Rol
DESARROLLADORA: Humble Hearts
DISTRIBUIDORA: Humble Hearts / Microsoft
VERSIONES: Linux, OSx, PC, PS4, Xbox 360
FECHA DE LANZAMIENTO: 24.05.2013
VERSIÓN ANALIZADA: PC
MUCHO MÁS QUE UN CUENTO
La primera toma de contacto con Dust: An Elysian Tail puede llevarnos a engaño: animales parlantes como protagonistas, paisajes bucólicos repletos de colorido, y hasta cierto sentido del humor en los diálogos. Se podría deducir que estamos ante un título amigable, de esos plataformas 2D con aspecto simpático creado para ofrecer unas pocas horas de «dulce» diversión. Sin embargo, basta rascar un poquito de la superficie, para darnos cuenta que bajo esa apariencia infantil, casi de cuento de Disney, se esconde un juego mucho más profundo y serio de lo que podíamos imaginar, tanto en lo argumental como en lo jugable. En cuanto a lo primero, Dust recurre el típico cliché del personaje que despierta en mitad de un prado sin saber quien es y qué le ha llevado allí. Sus primeros segundos de consciencia se ven interrumpidos por una espada que le habla sobre un pueblo en el que encontrará respuestas, y a partir de ahí todo comienza a tomar forma.
Choca hasta cierto punto que haya bastante mimo en la elaboración del argumento y sus personajes, sobre todo teniendo en cuenta el aspecto casi infantil del que os hablaba. Y es que por mucho que lo aparente, Dust no es un plataformas al uso, sino un juego de acción con toques de rol que, con muchas reservas, podría equipararse a un Diablo en 2D mismamente. Durante la aventura nos esperan misiones principales y secundarias, cientos de enfrentamientos contra enemigos de toda índole, ganancia de experiencia, mejora de atributos, y objetos que potencian las habilidades del protagonista. Jugablemente Dust toca muchos palos y lo hace bien en casi todos ellos. Un paseo cualquiera nos llevará por escenarios plagados de enemigos a los que debemos dar cuenta con nuestra espada, y este es probablemente uno de los puntos más discutibles de todo el juego. Dado su carácter bidimensional, a veces se forman barullos en los que no sabemos donde está nuestro personaje, y además, aunque el sistema de combate es ágil, apenas disponemos de cinco combos diferentes. La gran mayoría de estos enfrentamientos se producen contra «morralla», parece como si los enemigos estuviesen puestos de forma indiscriminada para ganar puntos de experiencia. De vez en cuando nos toca algún enemigo «tocho», pero tampoco requieren de una técnica especial para acabar con ellos, así que en líneas generales el combate, aunque correcto, se siente algo desaprovechado.
Dust también ofrece un fuerte componente de exploración. No solo se trata de ir de izquierda a derecha aporreando el botón de acción, también hay niveles de estructura laberínticica que nos obliga a estar muy atento a los posibles caminos que hay en pantalla. Muchos escenarios cuentan con rutas alternativas que nos llevan a cofres con suculentas recompensas, o por qué no, a algún objeto vital para finalizar una misión. Entre tanto desplazamiento también nos topamos con asentamientos donde conoceremos nuevos detalles de la trama, y sobre todo a personajes que nos asignarán tareas secundarias, cuya resolución nos aportará un bueno puñado de puntos de experiencia. Lo de subir niveles, a priori, no parece importante durante gran parte de la aventura, ya que el juego resulta bastante asequible incluso en el nivel de dificutad alto. Sin embargo, en el último cuarto la dificultad sufre un aumento bastante considerable, -y un poco injustificado en mi opinión- y es ahí cuando nos acordaremos de aquellos combates que rehusamos luchar por «vaguería».
Como estáis leyendo, hay mucho de prestado de otros juegos de acción/rol, pero Dust tiene la virtud de ofrecerlo en un envoltorio de gran personalidad, tanto en lo narrativo, como sobre todo en lo audiovisual. Todos los gráficos están realizado con un mimo exquisito, son auténticos «cartoon» dotados de estupendas animaciones y un colorido sensacional. A pesar de tratarse de un juego 2D, los escenarios se sienten muy vivos, desde los animales que corretean en segundo plano, hasta la climatología variable que nos sorprende con unos efectos de lluvia y nieve bastante logrados. También hay mucha variedad de ambientaciones, no todo son bonitos prados repletos de vegetación, también hay cuevas oscuras, bosques tenebrosos, montañas heladas e incluso algún que otro interior, aspecto que se agradece en una aventura que puede durar fácilmente más de diez horas. Aunque parezca increíble, todo este buen hacer ha sido obra de una única persona, Dean Drodill, el cual también se ha «currado» la programación. Impresionante. La banda sonora corre a cargo de Hyperduck Soundworks, y si bien este nombre puede no decirnos mucho, lo realmente importante es que está compuesta por un montón de piezas de calidad, de esas que nos invitan a subir el volumen de los altavoces para deleitarnos entre tanto efecto de espadas chocando entre sí. El doblaje al castellano hubiese sido la guinda del pastel, pero hemos de conformarnos con la traducción de los textos, que tampoco está nada mal.
Dust: An Elisyan Tail es un producto mucho más ambicioso de lo que inicialmente aparenta. A pesar de tratarse de un producto lanzado para el mercado digital, ofrece un apartado artístico y jugable más propio de juegos más pretenciosos. Si no fuese por un par de desajustes jugables, que pueden terminar haciendo el juego algo repetitivo, creo que estaríamos ante uno de los mejores productos digitales que se han lanzado en los últimos años. Y aun con estos «peros», Dust me ha parecido un juego muy notable, incluso sobresaliente en determinados momentos, y al que deberías echarle el guante más pronto que tarde.
LO MEJOR
Un apartado audiovidual excelente.
La combinación de acción y rol en 2D le siente bien.
LO PEOR
Hay muy pocos combos diferentes.
Los combates pueden hacerse repetitivos.