GÉNERO: Puzles
DESARROLLADORA: Facepalm Games
DISTRIBUIDORA: Facepalm Games
VERSIONES: Linux, Mac, PC
FECHA DE LANZAMIENTO: 30.05.2013
VERSIÓN ANALIZADA: PC
UNA MECÁNICA GANADORA
La originalidad es uno de los aspectos que más se tienen en cuenta a la hora de valorar un videojuego. Qué duda cabe que siempre resulta refrescante encontrarse con algo diferente a lo que solemos jugar día tras día, ya sea por argumento, por ambientación o mismamente por mecánicas. Y es precisamente en las mecánicas donde The Swapper se revela como un producto diferente, un juego con entidad propia capaz de sorprendernos a cada paso que damos por el fascinante universo creado por los chicos de Facepalm Games. Su obra tiene la gran virtud de haber conseguido poner en pantalla una ambientación soberbia, repleta de guiños a películas de ciencia ficción que tantas veces hemos visto en la gran pantalla, junto a un apartado jugable exquisito plagado de ingenio, que nos plantea desafíos a cada cual mejor pensado.
La historia es bastante aséptica, pero desde luego no está exenta de cierto misterio. El protagonista de la aventura, del cual no sabemos ni su nombre ni su procedencia, se aproxima a Theseus, una de las tantas estaciones espaciales que hay repartidas por la galaxia, y cuyo fin no es otro que el de extraer todos los materiales posibles de los planetas que orbitan. Pero hay un problema con Theseus, nadie responde a nuestras llamadas, la estación parece deshabitada. ¿Qué habrá pasado con sus tripulantes? La trama toma forma nada más aterrizar en la estación cuando nos topamos con el Swapper, una poderosa herramienta que permite clonar nuestro cuerpo hasta en cuatro ocasiones. Muy extraño, ¿verdad? Indagamos en los terminales de información que hay en nuestro camino, pero tampoco se arroja demasiada luz de lo sucedido. Todo el juego se ve rodeado de un halo de misterio, casi de misticismo se podría decir, por saber quien está detrás del artefacto y qué intenciones tiene. Se juega con la moralidad, con el hecho de saber qué ocurre con el pensamiento de los seres clonados, y con el alma de la persona original. Apenas hay unas pocas líneas de diálogos apoyadas convenientemente de registros escritos, pero son más que suficientes para dar vida a una historia que engancha y que, sobre todo, nos hace pensar.
Más allá de los dilemas éticos o humanos que pueda plantear la trama, el centro de todas las miradas recae en las mecánicas jugables que aporta el Swapper, y en el fantástico trabajo de diseño de puzzles que han llevado a cabo sus creadores, ya que el desarrollo propiamente dicho guarda bastantes similitudes con un Metroidvania al uso. Nos encontramos con toda la estación Theseus a nuestros pies, lista para ser explorada de cabo a rabo, aunque con ciertas áreas convenientemente bloqueadas para que nos estrujemos el cerebro resolviendo puzzles. Estos giran en torno a la obtención de orbes, los cuales suelen ser inaccesibles a menos que sepamos usar el Swapper como es debido. Su uso nos permite no solo clonarnos sino también asumir el papel de otros clones, y únicamente con estas dos premisas tenemos una cantidad ingente de posibilidades a la hora de resolver los puzzles. Un clon que activa una plataforma por aquí, otro clon que arrastra una caja para allá, pasamos de uno a otro y conseguimos el orbe. Parece sencillo, pero nada más lejos de la realidad. Hay que jugar con un sinfín de variables, de obstáculos, de posibilidades que nos obligan a ser lo más creativo posible para superar los puzzles más complejos. Y creedme, hay alguno que os hará sudar la gota gorda, no en vano a poco que te atasques en un par de ellos, la duración de la aventura bien puede superar las ocho horas fácilmente.
Entre puzzle y puzzle también podemos deleitarnos con el cuidado diseño de la estación y sus majestuosas salas, antaño repletas de vida, y ahora únicamente pobladas de motas de polvo apenas visibles por los escasos focos de luz que aun brillan. El entorno 2D ha sabido captar a la perfección esa sensación de soledad, de desamparo, de vacío, y al mismo tiempo de misterio, que tanto nos gusta a los aficionados de las obras de ciencia ficción. The Swapper resulta muy sutil en este aspecto, busca mantenernos con la mosca detrás de la oreja, pero sin caer en el truco fácil. No hay bichos de dos metros con dientes como cuchillos acechando, pero «algo raro» hay, y esa tensión bien plasmada, junto a unas pocas piezas musicales de carácter melancólico, conforman una ambientación exquisita, de las mejores que puedes encontrar actualmente en un videojuego. Como contrapartida al aspecto audiovisual, tanto textos como voces no se encuentra traducidos al castellano, aunque por suerte el Clan DLAN ha puesto remedio con una traducción más que notable, carteles gráficos incluidos.
Pero más allá de esta estupenda ambientación, lo que viene a demostrar The Swapper es que el talento puede ser un arma mucho más poderosa que la potencia bruta. Su absorbente mecánica jugable, el exquisito diseño de puzzles, y la no menos fantástica ambientación, conforman uno de los mejores juegos de distribución digital que te puedes echar a la cara hoy en día.
LO MEJOR
La mecánica jugable del «clonador».
La ambientación es soberbia.
LO PEOR
No está traducido al castellano.
8/10