Como viene siendo habitual en los últimos años, volvemos a tener entre nosotros a los dos contendientes más esperados para los aficionados a los juegos de acción en primera persona, Battlefield contra Call of Duty, Electronic Arts contra Activision, el «alumno aventajado» contra el maestro ya consagrado. Son dos títulos que darán miles y miles de horas de diversión gracias a sus modos de juego Online, pero en este artículo me gustaría centrarme en un apartado cada vez menos importante para sus seguidores, pero que para mi, sigue siendo un añadido fundamental en cualquier producción actual. Hablo de la campaña para un jugador, un apartado cada vez más denostado por las grandes compañías, y cuya cobertura en los medios suele ser bastante olvidada. Quizá no sea lo más relevante a la hora de decidirnos por la compra de uno u otro, pero aun sí que me gustaría compartir con vosotros mis impresiones sobre ambas.
BATTLEFIELD 4
Podríamos decir que la campaña de Battlefield 4 es la más «clásica» de la comparativa, entendiéndose clásica como menos «flipada» pero no por ello exenta de situaciones espectaculares. Que nadie se asuste, aquí también hay hueco para las explosiones por doquier, edificaciones que se derrumban, en definitiva, esos momentazos que quedan genial en los típicos trailers que nos entran por los ojos, pero no son tantos como en su directo competidor. Toda la acción gira en torno a un posible conflicto entre Estados Unidos y China en el que el grupo Tombstone se verá envuelto en el típico viaje a lo largo de una sucesión de niveles en los que hemos de masacrar todo lo que se encuentre en su camino. En esta campaña no hay tantos saltos de una a otra localización, hay cambios de ubicación, sí, pero siempre dentro de una línea argumental más o menos coherente, lo que unido al hecho de que durante todo el juego estás rodeado de los mismos compañeros, hace que nos sintamos más conectados a la historia y al grupo que nos rodea. No hay esa dispersión de personajes tan típica de los Call of Duty, que muchas veces desorienta más que otra cosa. No obstante la relación entre personajes se nota algo forzada, se ha querido dar un tono demasiado serio a algunos diálogos, quizá con el objetivo de ganar algo de dramatismo, pero el resultado final no me ha parecido especialmente conseguido. Sigo prefiriendo el tono distendido, y hasta cierto punto cachondo, de la campaña de Bad Company 2.
Una vez metidos en la acción, nos damos cuenta que Battlefield 4 no es más que un Battlefield 3 hipervitaminado técnicamente. Se intercalan escenarios cerrados con espacios abiertos que nos permiten abordar el enfrentamiento de diferentes maneras, jugando con las coberturas e incluso con los escenarios y su destructibilidad. Se nota que hay muchos elementos creados, ex profeso, para que sean volados y poder aprovecharnos de ello tácticamente, y ya de paso, ganar unos puntitos de espectacularidad. Aquí las coberturas no son indestructibles, y toca ir moviéndose de una a otra antes de que el enemigo la destroce, incluso dentro de un edificio podemos ser un blanco fácil ante la potencia de fuego de un tanque. La destructibilidad del escenario no es total, pero qué duda cabe que se siente como un gran avance en el género, y del que debería tomar nota sus más directos competidores. A nivel puramente jugable contamos con un sistema que nos permite apuntar tras una cobertura, y que es sospechosamente similar al que ofrece Killzone 2. Es de nuevo cuño el sistema de armamento, o mejor dicho, a cómo accedemos a él. Dependiendo de nuestra habilidad ejecutando enemigos se nos otorgarán una serie de puntos que van encaminados a mejorar y liberar armas a las que tenemos acceso en en pequeños arsenales diseminados por los niveles, y aunque la idea no aboga por el realismo puro, la verdad es que funciona bastante bien. También hay ideas rescatadas de juegos de otro género, como el hecho de poder rastrear el escenario con los prismáticos y desvelar así la posición de los enemigos para que el resto de pelotón les dispare y así poder establecer pequeñas tácticas de grupo.
Y ya metidos en el tema técnico, sobra decir que Battlefield 4 es uno de los juegos más espectaculares que puedes encontrar hoy en día. El Frostbite 3 luce de auténtica maravilla tanto en recreación de personajes como de escenarios. Los rostros de los actores principales muestran una calidad impresionante, rozando el fotorrealismo en determinadas circunstancias, pero desgraciadamente dicha calidad no está representada en todos los modelados, algo lógico por otra parte. Pero donde este motor es una auténtica maravilla es a la hora de recrear escenarios amplios, en la iluminación, en como muestra efectos de polvo y suciedad, la lluvia, o mismamente los escombros sacudidos por el viento. Conseguir que la imagen no parezca limpia, que todo se sienta impregnado de los efectos de la destrucción, es algo que pocos juegos aciertan a conseguir, y Battlefield 4 en este aspecto, se sale. Gracias a esta obra de ingeniera podremos vivir situaciones espectaculares recreadas de una manera no menos espectacular, como un enfrentamiento en mitad de un tifón, con el viento doblando las palmeras y comprometiendo la estabilidad de un puente; o un intenso combate en la superficie de un portaaviones escorado, cargado de cazas a reacción que se precipitan sobre el mar. El despliegue visual es tremendo, y lo que es mejor, es un motor hasta cierto punto optimizado que permite rodar el juego en configuraciones bastante asequibles y con una calidad gráfica excelente.
CALL OF DUTY: GHOSTS
A lo largo de los años Infinity Ward ha demostrado saber hacer campañas en las que prima el espectáculo puro y duro. Muchos las tildarán de sucesión de «flipadas» a cada cual más irreal, pero este es precisamente su punto fuerte, hacernos partícipes de situaciones increíbles sin más ánimo que dejarnos boquiabiertos frente al monitor. En este sentido Call of Duty ya no engaña a nadie, ni lo pretende, es más, es un signo de identidad de la saga. Para esta nueva entrega Infinity Ward ha dejado atrás la saga Modern Warfare y sus personajes, para centrarse en un argumento completamente nuevo. En esta ocasión los Estados Unidos han de enfrentarse a una nueva amenaza conocida como la Federación, un conglomerado de países que nuevamente amenazan la paz mundial. La mejor forma de desmantelar sus planes pasa por los Ghosts, un legendario grupo de soldados de élite a los cuales manejaremos a lo largo de 18 misiones repartidas en lugares tan variopintos como Estados Unidos, México, Chile e incluso en la órbita terrestre. Nuevamente se repite el patrón de viajar de un punto a otro asumiendo el control de diferentes personajes, lo que redunda en la espectacularidad pero perjudica en cierta manera a la historia. Muchas veces ocurre que no sabemos a quien manejamos ni donde estamos, pero sinceramente, cuando te pones a pegar tiros, poco importa.
A nivel jugable Ghosts apuesta por una fórmula ya contrastada dentro el género. Salvando las distancias técnicas y argumentales que pueda haber frente a sus predecesores, Ghosts es más de lo mismo. El ritmo de la acción es igual de trepidante, los scripts infinitos que no cesan hasta alcanzar un punto del escenario siguen ahí, las escenas en las que todo se derrumba a nuestro alrededor son una constante, y cómo no, tampoco faltan a la cita la típica misión de infiltración o el flashback de turno. Las novedades son meramente anecdóticas, y es algo que contrasta con lo que nos han querido vender desde los vídeos promocionales. La figura del perro por ejemplo, apenas se deja ver en los primeros compases de la historia, para luego desaparecer hasta prácticamente el final. Su uso tampoco supone nada revolucionario, ya que se limita a atacar el objetivo que nosotros le marcamos y poco más. También me esperaba algo más de los niveles acuáticos y de la supuesta IA de los peces, ya que a la hora de la verdad no supone más que un nivel normal y corriente con una buena ambientación. Realmente el punto fuerte de Ghosts está en la espectacularidad de la acción, esos momentos en los que estamos en el ojo del huracán siendo partícipes de algo brutal, aunque en la mayoría de las veces seamos un mero espectador, de lujo, eso sí, pero espectador al fin y al cabo.
A nivel técnico he de reconocer que el juego me ha sorprendido para bien. No paro de leer comentarios despectivos sobre la antigüedad del motor que usa, o de lo poco «next gen» que es, y en cierto sentido no falta razón. El requisito de los 6 GB de RAM para arrancar me parece algo demencial para lo que ofrece, y que seguramente terminará solucionándose con algún parche oficial -extraoficial ya lo hay- como ya ha dejado entrever la propia Activision. Pero más allá de este apunte, el apartado técnico me parece de lo más resultón que te puedas echar a la cara. Es cierto que por lo general los escenarios son pequeños, y que apenas hay elementos destructibles, pero también hay una gran variedad de escenarios, desde los típicos interiores sosos de edificios, hasta junglas plagadas de vegetación, campamentos con un montón de unidades en pantalla, con explosiones por todos los lados, helicópteros y aviones sobrevolando nuestras cabezas. No voy a negar que tecnológicamente está un par de peldaños por debajo del motor de Battlefield 4, pero el apartado artístico del juego, llámalo truco, engaño, o como quieras, suple bastantes de las carencias que pueda tener. Si usamos la «lupa» veremos que no tiene las mejores texturas, ni los escenarios más destructibles, pero hay que reconocer que da el pego muy bien.
HORA DE MOJARSE
A pesar de pertenecer al mismo género, ambas campañas se sienten bastante diferentes tanto en concepto como en tecnología. Battlefield 4 apuesta por una campaña más clásica, lineal, sin tanto aspaviento, pero igualmente espectacular gracias en gran medida al uso de un motor gráfico portentoso en todos los aspectos, y una libertad de acción que en determinados escenarios que le otorga cierto componente táctico del que carece su máximo rival. Por su parte Call of Duty: Ghosts se centra más en ofrecer una experiencia más frenética, menos pausada, pero repleta de situaciones espectaculares que nos dejarán sin aliento. A nivel técnico es un producto continuista que consigue paliar una buena parte de la diferencia tecnológica respecto de su rival haciendo uso de un despliegue artístico muy trabajado.
Repasadas ambas campañas ha llegado el momento de mojarse. ¿Cual es mejor? Quedaría muy bonito decir que ambas son diferentes, que cada cual tiene sus virtudes y bla bla bla. Pero no, voy a posicionarme claramente por una, y es por la de Call of Duty: Ghosts. Es cierto que su motor ofrece menos posibilidades, y que los scripts siguen al pie del cañón, pero por otro lado la cantidad de escenarios y situaciones me han parecido más divertidas, y en general la campaña se siente más redonda. La de Battlefield 4 está bien en líneas generales, pero adolece de cierto empaque y lo que es peor, termina de manera abrupta casi sin esperarlo. No es que la de Ghosts sea la repanocha, pero la conjunción de situaciones espectaculares unido al buen hacer artístico, han hecho que finalmente me incline por ésta.