GÉNERO: Acción
DESARROLLADORA: EA/DICE
DISTRIBUIDORA: Electronic Arts
VERSIONES: PC, PS3, Xbox 360
FECHA DE LANZAMIENTO: 14.10.2010
VERSIÓN ANALIZADA: PC
JEKYLL Y HIDE EN EL MISMO JUEGO
De todos es sabido que la saga Medal of Honor, antaño símbolo del fps por antonomasia, ha ido sufriendo un profundo declive en favor de Call of Duty. No voy a entrar en polémicas sobre la calidad de ambos títulos, pero la realidad de los números nos dice que el juego de Activision le está mojando la oreja en cuanto a ventas se refiere. Electronic Arts tenía que hacer algo con la franquicia, y ese «algo» consistió en dos movimiento claramente definidos: por un lado crear una campaña para un jugador inspirada en hechos reales y tan recientes como los enfrentamientos contra los talibanes en Afganistán; y por otro desarrollar un modo multijugador totalmente aparte, y con el objetivo de competir de tú a tú con su máximo rival. De hecho esta diferenciación ha ido al extremo de que ambos modos fueron desarrollados por estudios y motores gráficos diferentes, una decisión que pocas veces se ha visto en la industria. ¿El resultado final? Pues sinceramente, bien y mal.
Empecemos con la campaña para un jugador. Más allá de la polémica que pueda generar el hecho de que haya que enfrentarse a un enemigo real como los talibanes, lo cierto es que los mimbres son desgraciadamente los mismos que nos encontramos una y otra vez dentro del género. Tenemos la típica misión a bordo de un vehículo, la escena de infiltración, el momento de aguantar una embestida durante un tiempo determinado… Algunos podríamos pensar que al estar inspirado en hechos vividos por soldados de carne y hueso, nos podíamos encontrar con situaciones más crudas, seguramente menos espectaculares que en los Call of Duty, pero al fin y al cabo más reales. Y lo cierto es que hay alguna situación que podríamos catalogar de «dura», pero en ningún momento vamos a sentirnos abrumados por una carga emocional más allá de la vista en otros juegos. Además, este Medal of Honor cuenta una historia como lo hacen todos los juegos del género, es decir, vamos «saltando» de soldado en soldado, de misión en misión sin mucha explicación entre las transiciones. Al final ocurre lo de siempre, que retomas una partida del día anterior y ni sabes a quien manejas, y lo que es peor, ni te importa.
Este hecho tampoco supondría un gran problema si la acción estuviese planteada de una manera magistral, pero no es el caso. Medal of Honor no es ni más ni menos que otro juego de acción en primera persona típico, que bien podría haber sido producido por la «fotocopiadora de fps» de esta generación. Ya no hablo de que sea poco original o de que la campaña en su mayoría sea algo insulsa, sino del hecho de que todo nos suena ya demasiado trillado. Si la intención de Electronic Arts con este título era crear un producto diferenciador que pudiese competir con las campañas de Call of Duty, mi opinión es que no lo ha conseguido. No me entendáis mal, la campaña está moderadamente bien pero le falta cierto equilibrio, hay algunas situaciones chulas que chocan con otros niveles terriblemente aburridos. Y lo peor de todo es que encima dura dos telediarios, como aquél que dice. Jugándolo en el modo de dificultad más elevado de todos los disponibles, un jugador de habilidad media puede finiquitarlo en 4 horas escasas. Cuando comienzas a ver los créditos finales no puedes reprimir un ¿¿¡¡ya!!?? No hay un enemigo final o una situación límite que nos invite a pensar que se va a acabar, pero sí, termina de golpe y sin esperarlo.
Afortunadamente el apartado multijugador está algo más inspirado, no en vano se nota la influencia de Battlefield: Bad Company 2, uno de los grandes del género de los últimos años. Hay 5 modos de juego en los que hasta 24 jugadores pueden dar rienda suelta al típico sistema de progresión del jugador, «perks» incluidos cómo no. Quizá el principal achaque de este apartado venga por el lado del contenido, ya que solo podemos escoger entre tres clases de soldados: fusileros, operaciones especiales y francotiradores. Más allá de esto, las partidas son entretenidas, los escenarios están bastante bien pensados, y la acción se antoja quizá un punto menos frenética que en Call of Duty, lo que para un novato como yo en estas lides supone un auténtico alivio. Además, como comentaré a continuación, su aspecto técnico termina por convertir este apartado en el más recomendable de todo el juego.
La diferenciación técnica entre la campaña en solitario y el multijugador es más que evidente. A tenor de lo que solemos ver habitualmente, al estar todo más controlado, más atado si cabe, la experiencia en solitario disfruta de recursos para dar y tomar, lo que redunda en una riqueza gráfica que suele verse reducida al entrar en las partidas multijugador. Pues bien, para sorpresa de muchos en este Medal of Honor sucede a la inversa. La campaña está realizada con el Unreal Engine 3, sinónimo de motor cumplidor en todas las áreas pero que salvo honrosas excepciones no termina de enamorar, cosa que se repite con este título. Todo está bien recreado, pero solo eso, bien, de ahí no pasa. Los escenarios cumplen, los personajes cumplen, los efectos cumplen…No recuerdo ningún aspecto digno de ser reseñado, cosa que choca con lo visto en el apartado multijugador, cortesía del Frostbite, que muestra unos gráficos similares a los vistos en Bad Company 2, es decir, notables incluso hoy en día, y que le da un punto de espectacularidad del que carece la campaña principal. A nivel sonoro me gustaría destacar sobre todo las estupendas melodías de carácter melancólico creadas por Ramin Djawadi, y que añaden un plus de carga emocional a muchas situaciones. Del resto de apartados poco me queda decir salvo que las voces suenan muy bajas y los efectos demasiado altos, un mal ya endémico que llevamos sufriendo los últimos años sin saber muy bien cual es la razón.
Se podría decir que este Medal of Honor tiene dos caras bien diferenciadas, realmente son dos juegos en uno, por lo que es difícil ponerle una única nota al conjunto. Por un lado nos encontramos con una campaña bastante ramplona, y que no destaca prácticamente en ningún área; y en el otro nos encontramos con un apartado multijugador que sí está a la altura de lo que se esperaría de un juego que intenta competir con los grandes del mercado. Haciendo recuento, Medal of Honor resulta un juego irregular, qué duda cabe, pero cuya valoración depende en gran medida de a qué apartado vayas a jugar. Si quieres desfogarte contra oponentes humanos no te defraudará, pero si buscas una experiencia en solitario hay alternativas mucho mejores y, sobre todo, más largas.
LO MEJOR
El apartado multijugador.
Que algunas situaciones estén inspiradas en hechos reales.
LO PEOR
La campaña es demasiado genérica, y dura 4 horas.