GÉNERO: Aventura
DESARROLLADORA: Dontnod Entertainment
DISTRIBUIDORA: Square Enix
VERSIONES: PC, PS3, PS4, Xbox 360, Xbox One
FECHA DE LANZAMIENTO: 30.01.2015
VERSIÓN ANALIZADA: PC
TIEMPO PARA LA REINVENCIÓN
A Dontnod Entertainment no le fue especialmente bien con su primer trabajo, Remember Me. Se trataba de una aventura de acción hasta cierto punto tradicional, que a pesar de contar con un buen trasfondo argumental, se quedó a medio camino entre lo que prometía y lo que finalmente llegó al mercado. Pero más allá de bajar los brazos ante su primer batacazo, la compañía optó por reinventarse completamente, destinando todos sus esfuerzos no a una continuación, que quizá hubiese sido lo más sencillo, sino a una nueva franquicia con un enfoque diametralmente opuesto a lo que había hecho anteriormente. Esta nueva aventura lanzada en formato episódico y bautizada como Life is Strange es una apuesta arriesgada para una industria que no suele perdonar las segundas oportunidades -a veces ni siquiera las primeras-, pero a tenor de las buenas ventas obtenidas, parece que han acertado de pleno.
Life is Strange tampoco inventa nada nuevo, de hecho se nota que es un producto claramente inspirado en los juegos de Telltale Games, o en Heavy Rain mismamente. No tengo muy claro a qué genero pertenece este tipo de títulos, algunos lo califican como la evolución de las aventuras gráficas, y otros como «experiencias» interactivas, pero de lo que sí estoy seguro es que tienen su público, que es lo realmente importante. Títulos en los que da igual si los gráficos son mediocres o si durante el juego te limitas a pulsar los botones cuatro veces mal contadas, si la historia te engancha, todo lo demás queda en un segundo plano. En este sentido Life is Strange cumple con todos los estereotipos anteriormente citados, tanto para lo bueno como para lo malo.
La trama nos pone en la piel de Max Caulfield, una estudiante de fotografía de la academia Blackwell que tras un suceso inesperado, descubre que tiene el poder de retroceder en el tiempo. Esta revelación tiene profundas consecuencias no solo para la protagonista, sino para todo el mundo que la rodea, incluido los habitantes del pueblo donde transcurre la historia, Arcadia Bay. Todo comienza de manera casi inocente, edulcorado con todos los estereotipos vistos mil veces en la gran pantalla: los típicos problemas adolescentes, los grupos de chavales rebeldes, las chicas populares y cómo no, los abusones. Sin embargo bajo esa apariencia de historia ñoña, hay una trama mucho más oscura de lo que al principio se puede vislumbrar. Sí, también hay hueco para la amistad y el amor, a veces incluso de una manera algo empalagosa, pero ya en el primer capítulo se atisba que algo macabro está sucediendo en la pacífica Arcadia Bay. Como suele ocurrir en este tipo de producciones, su éxito es directamente proporcional al gancho que tenga la trama, y aunque hay capítulos más afortunados que otros, en general, si lo visualizamos como un conjunto, la historia se las apaña para mantenerte interesado de principio a fin. Quizá algunos momentos con más diálogo del necesario se sienten de relleno, -en mi opinión- cosa que suele remontar a medida que nos aproximamos al final de cada capítulo donde se produce el típico «cliffhanger» que te deja la miel en los labios. La última media hora de cada capítulo es, sin duda, lo mejor del juego.
En donde no hay gran profundidad, y tampoco lo pretende, es en el apartado jugable. Life is Strange se controla como cualquier aventura en tercera persona, en la que la historia se desarrolla mediante abundantes descripciones y, sobre todo, diálogos con otros personajes. De vez en cuando el juego te obliga a decidir, a apoyar o no a un personaje, a tirar por uno u otro camino, produciéndose ligeras ramificaciones en los acontecimientos que si bien apenas modifican los finales existentes, sí que cambian algunos eventos en la vida de Max. Quizá el punto más destacable jugablemente resida en la aparición de pequeños puzles en los que has de utilizar la habilidad de retroceder en el tiempo. No son muchos, y su dificultad está calibrada para ser asequible a todos los públicos, pero cuando hacen acto de aparición, se agradecen. No es un juego que busque ofrecer un reto como tal, su objetivo es hacernos partícipe de una historia y cambiarla, dentro de los límites establecidos por el guión. Max no puede morir, aunque otros personajes sufren las consecuencias de nuestras acción, y he aquí el auténtico encanto del juego y por el que merece la pena ser disfrutado.
Puede que todo ese buen hacer en el desarrollo de la trama y subtramas haya ido en detrimento de otros apartados. Life is Strange no se pierde en florituras técnicas, de hecho gráficamente es un juego muy vulgar en el que no hay cabida para modelados realistas o texturas de cierta calidad, más bien todo lo contrario. Por ejemplo Remember Me se veía mucho mejor, y es una pena que no se haya cuidado algo más este aspecto, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de primeros planos sobre los que basa gran parte de los diálogos. Afortunadamente ese aspecto de juego de principios de la generación pasada, no es impedimento para disfrutar de una buena historia, de personajes con fuerza, y de algunos paisajes realmente bonitos gracias al buen uso de la iluminación. También ayuda una banda sonora muy «en la onda» de lo que se ve en pantalla, una lástima que no se haya doblado al castellano, aunque los textos sí están bien adaptados a nuestro idioma.
Dontnod ha sabido subirse al carro de las historias interactivas, y lo ha hecho además con mucha personalidad. Su nueva obra no va a revolucionar el género, y a pesar del flojo apartado gráfico y de algunos altibajos en la historia, tiene el indudable mérito de explotar las virtudes que se presuponen en este tipo de juegos.
LO MEJOR
La historia engancha.
LO PEOR
Gráficamente muy pobre.