CLÁSICO – Broken Sword: The Shadows of the Templars

GÉNERO: Aventura gráfica
DESARROLLADORA: Revolution Software
DISTRIBUIDORA: Virgin Interactive
VERSIONES: GBA, Mac, PC, PSX
FECHA DE LANZAMIENTO: 1.996
VERSIÓN ANALIZADA: PC

EL NACIMIENTO DE UN NUEVO CLÁSICO

Tras una primera mitad de los 90 apoteósica, el género de la aventura gráfica comenzó a evidenciar síntomas muy claros de agotamiento. Las copias de los grandes clásicos proliferaban hasta debajo de las piedras, siendo pocos los productos que realmente alcanzaban cotas de calidad reseñables. Al contrario de lo que podíamos pensar, la irrupción del formato CD no hizo sino agravar este aspecto, ya que sufrimos un bombardero continuo de re ediciones de grandes juegos, cuya única mejora consistía en diálogos digitalizados; y lo que para muchos supuso un auténtico sacrilegio, la utilización de actores reales en los juegos. Afortunadamente aún había compañías que apostaban por el patrón clásico del género, sin menospreciar las capacidades que ofrecía el nuevo formato. Una de estas firmas fue Revolution Software, compañía fundada en 1990, en cuyo currículo ya había obras del calibre de Lure of the Tremptress y Beneath a Steel Sky. Pero no fue hasta 1996, con el lanzamiento de Broken Sword: The Shadows of the Templars, cuando Revolution fue encumbrada como una “grande” del género.

Broken Sword fue una apuesta segura en todos los sentidos. Se trataba de una aventura gráfica pura y dura, con un buen montón de puzles, objetos, diálogos y, sobre todo, un argumento cuidado hasta el más mínimo detalle. La acción nos mete en la piel de George Stobbart, un joven abogado americano que se encuentra de vacaciones en París. Mientras disfruta de una agradable taza de café en la terraza de un bar, es testigo de cómo un hombre disfrazado de payaso hace saltar por los aires el establecimiento, acabando con la vida de uno de sus clientes. Lo que en principio podría parecer un mero atentado, rápidamente cobra tintes mucho más profundos hasta enlazar con la leyenda de los Templarios. George recorrerá gran parte de Europa durante su investigación, siempre con la complicidad de Nico Collard, una periodista que iba a encontrarse con la víctima en el café, y cuya vida ha salvado por escasos minutos.

Jugablemente Broken Sword no dio opción a sorpresas de ningún tipo. Contamos con el típico interfaz point and clic del género, un inventario donde se almacenan los objetos, y un pequeño diario en el que la historia se va escribiendo poco a poco a medida que resolvemos puzles. La exploración fue, hasta cierto punto, simplificada. Los escenarios cuentan con pocos puntos calientes que son resaltados en cuanto el puntero del ratón pasa cerca de ellos, siendo el propio juego quien nos indica las acciones disponibles para cada objeto, normalmente examinar y manipular. Salvo momentos puntuales, el desarrollo de la trama suele estar encorsetado en pequeños escenarios, no vamos a encontrarnos con grandes puzles globales como se pueden ver en las aventuras de Lucas, por poner un ejemplo. Aquí disponemos de pocas estancias a visitar al mismo tiempo, es decir, los retos a los que nos enfrentamos suelen estar claramente delimitados. Esta simplicidad hace que la dificultad general sea asequible para los más avezados en el género, pero suficiente para que cualquier aficionado a los videojuegos le dé una merecida oportunidad. No os equivoquéis, hay algún que otro acertijo que nos hará sudar la gota gorda, pero en líneas generales Broken Sword es un juego “amigable”, que sabe eludir los temidos bloqueos que todo aficionado al género ha padecido alguna vez.


Este aparente continuismo nada tenía que ver con el apartado técnico. Broken Sword lucía unos excelentes gráficos bidimensionales en alta resolución elaborados a mano, que se situaron a la vanguardia de sus coetáneos. No solo los escenarios contaban con un diseño y colorido exquisitos, y las animaciones de los personajes eran realistas y fluidas, sino que además, incluía numerosas secuencias de una calidad similar a las de una película de animación tradicional. La acción era acompañada de un apartado sonoro brillante en unos aspectos, y decepcionante en otros: por un lado a la banda sonora, de casi dos horas de duración, no se le puede poner ningún pero; todo lo contrario que el doblaje al castellano, algo no muy habitual en aquella época, y cuya entonación y elección de voces fue bastante criticada. Sin llegar a ser un desastre es, sin duda, es uno de los puntos más flojos de este juego.

Salvando este detalle, es justo reconocer lo bien que ha envejecido Broken Sword, de hecho aun sigue siendo una aventura perfectamente disfrutable desde el punto de vista técnico. No obstante, en 2009 se lanzó una versión remasterizada bautizada como Director’s Cut -a la cual pertenecen las capturas- que incluye más puzles, escenarios retocados para adaptarse a los estándares actuales, y un nuevo capítulo en el que controlamos a Nico. Esta edición se puede encontrar a un precio muy reducido, -de hecho llegó a estar gratis- y por los añadidos que incluye merece mucho la pena. Una lástima que no se haya aprovechado para “reconducir” todo el doblaje, y que solo los nuevos diálogos cuenten con una voz diferente. Pero tecnicismos aparte, Broken Sword puede presumir de ser una aventura gráfica plenamente recomendable, que sin llegar a los niveles de perfección de los intocables del género, nos va a hacer disfrutar de una más que interesante historia y de atractivos puzles.

LO MEJOR
Estéticamente es un juego es exquisito.
El guión basado en Los Templarios es muy absorbente.

LO PEOR
El doblaje al castellano no está a la altura.
Algunos diálogos no aportan nada.

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