GÉNERO: Aventura
DESARROLLADORA: Quantic Dream
DISTRIBUIDORA: Sony
VERSIONES: PS3
FECHA DE LANZAMIENTO: 26.02.2010
VERSIÓN ANALIZADA: PS3
UN VIDEOJUEGO DIFERENTE
David Cage, el máximo representante de la compañía Quantic Dream, es un hombre que busca indagar en las emociones de todo buen aficionado del videojuego. Sus creaciones no tienen el simple objetivo de divertir, sino el de despertar nuestras inquietudes, tocar los sentimientos y ponerlos a disposición del juego. Su primera obra a los mandos de la compañía, Farenheit, lanzado en el año 2005 para PC, PS2 y Xbox, fue un juego al que muchos consideraron como la evolución de la aventura gráfica, pero como se vio con el paso del tiempo, nada más lejos de la realidad. Aún así el juego acabó impactándome, ya que ofrecía una jugabilidad limitada pero diferente en el que la sublime ambientación y el interesante argumento consiguieron ponerme los pelos de punta en no pocas situaciones. Cage sabía que la idea era buena y se propuso evolucionarla con su segunda obra, esta vez con el respaldo de Sony y su PS3 cuya potencia daría un extra al dramatismo de la historia.
Sin embargo el verdadero punto fuerte de Heavy Rain no reside en la técnica, sino en una historia cargada de decisiones que busca tocar la fibra sensible del jugador. Sin ánimo de desvelar muchos detalles de la misma, la trama te pone en la piel de cuatro personajes que se ven envueltos en una angustiosa búsqueda por encontrar al asesino del Origami, y cuyas víctimas, niños atrapados en sitios cerrados, acaban ahogados por las intensas lluvias otoñales. Ethan Mars es el atormentado padre del niño desaparecido en torno al que gira toda la historia; Norman Jaiden, uno de los detectives del FBI a cargo de la investigación policial; Scott Selby, investigador privado contratado por los padres de las víctimas del asesino; y Madison Paige, reportera con problemas de insomnio que se cruza en el camino de Ethan. No quiero desvelar más de la trama ya que cuanto menos sepáis, mejor impresión os llevaréis jugándolo.
Al igual que Farenheit, Heavy Rain posee una jugabilidad un tanto particular. Se trata de una “cuasi” película interactiva donde el control del personaje se limita a moverse por el escenario en busca de “puntos calientes” con los que interactuar ya sea realizando un movimiento determinado con los sticks analógicos, o bien pulsando secuencias de botones. No hay por lo tanto ni recolección de objetos ni inventario, sólo exploración en pequeñas estancias. En los momentos de más acción como persecuciones o enfrentamientos con un enemigo, el juego hace uso de los Quick Time Events, que para esta ocasión aprovechan todas las combinaciones de botones y movimientos, six axis incluido, del mando de PS3. Y poco más hay que comentar respecto a la jugabilidad, un apartado que puede dejar algo frío al jugador clásico pero que al mismo tiempo puede ser más adecuado para un público más casual.
La cualidad más atractiva a nivel jugable de Heavy Rain viene de la mano de las decisiones, algunas de ellas de vital importancia para el desarrollo de la trama. La historia presenta un principio común, pero tanto el nudo como el final de la misma pueden experimentar variaciones entre una y otra partida. Es más, incluso los protagonistas pueden llegar a morir mientras el juego sigue su curso con las modificaciones apropiadas en el argumento. El resultado de esta teoría es realmente bueno, y salvo secuencias que lógicamente han de repetirse para asegurar cierta coherencia argumental, hay momentos donde una decisión puede dar lugar a escenas que no habíamos visto en otra partida. David Cage, en unas declaraciones realizadas durante el desarrollo del juego, comentaba que Heavy Rain sólo debía ser jugado una única vez para que el impacto de las decisiones fuese mayor, pero yo opino todo lo contrario, Heavy Rain bien se merece un mínimo de dos a tres partidas para ver lo diferente que puede ser una historia de otra.
El sistema de juego es un refinamiento de lo visto en Farenheit, pero no está exento de críticas o decisiones discutibles. El juego está estructurado en pequeños capítulos donde el protagonista de turno ha de enfrentarse a alguna situación, saltando de personaje en personaje y dejándonos con la miel en los labios al final de cada uno. No obstante, y a pesar del gran guión del juego, hay capítulos donde se nota que han metido “paja”, situaciones que personalmente ni consiguen emocionar ni creo que sean fundamentales para sentirte identificado con los personajes. No me interesa mover el stick derecho para cambiar el pañal a un bebé, o agitar el mando para preparar unos huevos revueltos de cena. Son acciones que a mi modo de ver no consiguen despertar ningún tipo de interés, de hecho las veo hasta ridículas, y se abusa de ellas sobre todo durante el primer cuarto de la historia. Quizá la idea de participar en las tareas cotidianas de nuestro alter ego para acercarnos más a sus emociones no haya sido del todo acertada.

El control de los personajes es otro de los “peros” de este juego. En vez del sistema clásico con los sticks analógicos, se ha optado por un sistema similar al de los Resident Evil, es decir, R2 para avanzar y el stick para cambiar de dirección, y la realidad es que ni resulta cómodo ni intuitivo. Por el contrario la implementación de los QTE además de acertada, presenta variaciones palpables respecto a lo visto en otros juegos. Se aprovecha todo el mando, no sólo hay que limitarse a pulsar el botón en el momento adecuado, sino que a veces tendremos que hacer malabarismos para pulsar varios botones al mismo tiempo mientras agitamos el mando de arriba a abajo. Además, los QTE también se han implementado con acierto en algunas conversaciones en las que tendrás que responder rápidamente entre una serie de respuestas, dando más importancia si cabe a las decisiones.
Pero de nada hubiese servido todo el esfuerzo en crear una trama atractiva y repleta de decisiones sin un apartado técnico a la altura. Heavy Rain tiene una clara ventaja respecto a otros juegos, y es la de mostrar pequeñas estancias donde se desarrolla cada capítulo. Esto permite que todas las localizaciones gocen de un gran nivel de detalle, en los que se ha optado más por el realismo que por la espectacularidad. Todo el juego está salpicado de estancias lúgubres, apartamentos fríos y grises que consiguen transmitir una ambientación opresiva y que guarda no pocas similitudes con la película Seven. La ambientación se ve fuertemente apoyada en un apartado sonoro excelente, con melodías que acompañan la acción y potencian los momentos de angustia, y con un doblaje al castellano totalmente profesional. Paradójicamente otra vez nos encontramos con un juego cuyo doblaje suena excesivamente bajo respecto a la banda sonora y los efectos de sonido, así que toca bajar su volumen para poder escuchar las voces con claridad. La recreación de los personajes también merece una mención destacada, sobre todo en lo que concierne a la recreación de rostros, excelente en los primeros planos aunque no muy convincentes en cuanto a expresiones faciales se refiere, y si bien algunas están muy conseguidas, otras dan auténtica grima con sólo verlas.
Una vez tocados todos los aspectos, tanto técnicos como jugables, ¿cual es mi valoración final? Pues digamos que es un poco contradictoria, y os explico por qué. No considero Heavy Rain como un juego tal cual, sino más bien como una experiencia a medio camino entre un videojuego y una película. La dificultad apenas existe, incluso en el nivel de dificultad más elevado puedes pasarte el juego sin que ningún personaje muera en tu primera partida. Es más, para ver cómo se desarrolla la historia con un personaje muerto, he tenido que dejarme matar. Por lo tanto se trata de una experiencia sencilla, muchas veces contemplativa, donde las decisiones importan, sí, pero donde no hay un desafío directo sobre ellas. ¿Me ha gustado? Bastante, de hecho ya me gustó mucho Farenheit y me vuelve a atrapar este tipo de “pseudo juego”, pero sin dejar de reconocer sus puntos fuertes y débiles. En definitiva, Heavy Rain es un producto muy inusual y quizá sea esa exclusividad, la poca o nula competencia que tiene, la que le convierte en un producto único y totalmente recomendable para todo aquel amante de las buenas historias… incluso si no te gustan los juegos.
LO MEJOR
Técnicamente muy bien dotado en todos los sentidos.
El argumento y la forma de llevarlo es excelente.
Las decisiones sí tienen un claro efecto en el argumento.
LO PEOR
Mecánicas jugables limitadas.
Hay acciones que parecen de relleno.
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