GÉNERO: Puzles
DESARROLLADORA: Playdead
DISTRIBUIDORA: Playdead
VERSIONES: PC, PS4, Xbox One
FECHA DE LANZAMIENTO: 29.06.2016
VERSIÓN ANALIZADA: PC
LA CULMINACIÓN DE UN ESTILO
Limbo, la primera creación de la joven compañía Playdead, tuvo la dicha de aparecer en el momento oportuno. Su particular estética, reconocible por todos con la mera visión de una captura, y un más que correcto diseño de puzles, le catapultaron como uno de los juegos más notorios del, por aquel entonces, incipiente mercado independiente. Dado el éxito conseguido, Playdead se enfrascó en un nuevo proyecto mucho más ambicioso, un desarrollo que quizá ha llevado más años de los esperados pero que afortunadamente ya está entre nosotros. Se podría decir que Inside no busca la revolución de la fórmula, sino más bien la perfección; intentar ir no uno, sino varios pasos más allá en todos los aspectos del juego, desde la parte técnica como es lógico, hasta las propias mecánicas jugables. ¿Demasiada ambición para un estudio pequeño?
Así de primeras Inside no parece muy distinto de la fórmula utilizada en Limbo. Hay un niño como protagonista del que no sabemos nada, una ambientación oscura con criaturas que amenazan su vida, y un trasfondo que se va creando a medida que resuelves situaciones comprometidas en forma de puzles. Nos encontramos pues ante una aventura en perspectiva 2D que se apoya fuertemente en la resolución de puzles, y en menor medida en secciones de plataformas bastante ligeras que no precisan de una gran habilidad, pero que al mismo tiempo son necesarias para dar cohesión al conjunto. Es una fórmula que hoy en día ya no se siente tan fresca como hace un lustro, pero si el juego está bien hecho, ¿qué más da? Y eso es exactamente lo que ocurre con Inside, un juego que no parece arriesgar demasiado en ninguno de sus apartados, pero que está tan bien rematado que da gusto jugarlo.
Se podría decir que el «niño» de Inside es un fugitivo que intenta sobrevivir en un mundo un tanto jodido. Hay personas que le persiguen a punta de pistola, perros capaces de despedazarle a la mínima que huelan su rastro, y unas enormes instalaciones que parecen albergar aterradores experimentos con seres vivos. Inside no es ni mucho menos un juego de miedo, pero esa ambientación oscura y siniestra se las apaña para darte momentos de auténtica angustia. Y es que ver como un grupo de perros se abalanzan hacia tu posición con la «sana» intención de desmembrarte, consigue ponerte el corazón a cien. A pesar de ese aire a película en la que no paran de suceder cosas en segundo plano, no hay ni una sola línea de diálogo o texto que explique lo que está ocurriendo, dejando a tu libre interpretación cómo encajar todas las piezas. Si eres amante de elucubrar retorcidas hipótesis, de buscarle un significado a cualquier cosa que veas en pantalla, Inside te va a dar muchos momentos de reflexión.
A pesar de estas carencias, Inside se siente como un juego muy cinematográfico. Varios de los enigmas y puzles que plantea la aventura tienen mucho que ver con lo que ocurre de fondo, que si unas luces enfocan donde está el niño, que si una estructura crea sombras en las que se puede esconder… Rara vez aflora el típico puzle de la caja que te ayuda a alcanzar una superficie elevada, de hecho la riqueza y el buen gusto por el planteamiento de las situaciones es digna de elogio, y más cuando el protagonista apenas cuenta con las habilidades de saltar y agarrar cosas. Las físicas juegan un papel fundamental en mucho de los acertijos, hecho que se complementa con la posibilidad de controlar mentalmente a otro seres cuya ayuda será definitiva para acabar la aventura y dar sentido al trasfondo argumental. El juego está plagado de momentos brillantes, de puzles que sin ser especialmente desafiantes ni rebuscados, están magníficamente integrados con el entorno que te rodea. No en vano esta coherencia me ha parecido uno de sus grandes aciertos.
Donde tampoco hay atisbo de duda es en su magnífica presentación audiovisual. A pesar de su carácter oscuro y de la tonalidad de grises escogida, artísticamente es un portento que no anda muy lejos de una película de animación. Inside juega definitivamente en otra liga. Un liga que no se molesta en mostrar rostros definidos para los personajes, ni de ir al detalle enfermizo en texturas o iluminación de otros juegos, y ni falta que le hace. El estupendo trabajo realizado en las animaciones, la excelente recreación de las físicas, el minimalista -pero acertado- apartado sonoro, y en definitiva, el cuidado que hay en cada pantalla es digno de un juego triple A más que de un producto independiente. ¿La contrapartida a todo este buen hacer? Como ya te puedes imaginar, su duración.
Inside es un juego corto, no hay más vueltas que darle. Una partida normal puede durar entre tres y cuatro horas, dependiendo de tu habilidad a la hora de resolver los puzles, pero una vez terminado hay poco aliciente para repetir la experiencia. El hallazgo de algunos secretos pendientes pueden invitar a rejugar ciertos capítulos, pero lo cierto es que a nivel de contenido se queda algo escaso respecto a la competencia. Puede que haberlo alargado más hubiese repercutido en la factura técnica o en el diseño de puzles, pero eso es algo que nunca sabremos. No obstante, el Inside tal cual nos ha llegado sigue siendo uno de los mejores juegos que se han parido desde la escena independiente, y supone un salto brutal respecto a su anterior obra, que no es poco.
LO MEJOR
Excelente diseño de puzles.
Audiovisualmente espectacular.
LO PEOR
Una experiencia muy corta.
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