GÉNERO: Acción/Rol
DESARROLLADORA: Bioware
DISTRIBUIDORA: Electronic Arts
VERSIONES: PC, PS3 y Xbox 360
FECHA DE LANZAMIENTO: 09.03.2012
VERSIÓN ANALIZADA: PC

UN BROCHE FINAL FABULOSO

Mass Effect 3 no solo supone un juego más dentro de una trilogía de éxito, sino del capítulo final de una epopeya galáctica digna de uno de los mejores universos virtuales jamás creados. No se puede analizar este juego por sí solo, como un producto aislado, sino que hay que englobarlo dentro del contexto que supusieron sus antecesores, juegos que cimentaron un fabuloso entramado de personajes, aventuras e historias que finalmente podrás ver resueltas en este título. Con esta tercera entrega Bioware se ha quitado los complejos de encima, algunos heredados de su primera entrega, sino que se ha dejado de rodeos para concentrar todos sus esfuerzos en potenciar la parte jugable y rodearla del grandísimo trasfondo de sus predecesores.

Y es que el punto de partida no puede ser más sugerente. Como ya se vaticinaba en anteriores juegos, los Segadores han desplegado todas sus fuerzas para llevar a cabo su plan de aniquilación total. Sheppard consigue huir del ataque a la Tierra a bordo de la Normandia con un objetivo en mente: la batalla final que decidirá el futuro de la vida orgánica en la Galaxia acaba de dar comienzo, y la única forma de salir victoriosos pasa por reunir todos los suministros, flotas y conocimientos de las civilizaciones en pos de la victoria sobre los Segadores. A partir de este momento da comienzo una aventura inolvidable, plagada de enfrentamientos, reencuentros con viejos amigos y enemigos, y decisiones que no solo te minarán la moral, sino que decidirán el devenir de la vida orgánica en la galaxia.

La puesta en práctica es vieja conocida de la saga. Siguiendo con la evolución ya vista en su segunda entrega, nos encontramos ante un arcade en tercera persona maquillado con ligeros toques de rol. Las secuencias de acción que antaño se antojaban algo anquilosadas, han experimentado una mejora considerable hasta convertirse en un más que notable imitador de la saga Gears of War. Los personajes se mueven con gran agilidad por el escenario, el sistema de coberturas funciona a años luz de lo que vimos en su primera entrega, y en general todos los combates se desarrollan de una manera fluida y natural. Se mantiene intacto el hecho de que la acción pueda ser pausada en cualquier momento para dar órdenes a tus compañeros, lo que añade un evidente componente táctico que le va como anillo al juego. Este apartado, que en principio puede parecer un complemento más, se convierte en uno de los pilares fundamentales de cualquier enfrentamiento, y cuyo uso suele ser determinante en el desenlace de los combates. El componente rol viene marcado por la elección de clases para tu personaje así como la evolución de sus habilidades mediante puntos de experiencia. No obstante todo está pensando para que la parte «rolera» sea suave y no interfiera con el carácter arcade del resto de apartados. La simplificación también queda patente en la parte armamentística, ya que si bien cada arma puede llevar dos modificaciones, la munición que encuentres en los escenarios es, por decirlo de alguna manera, «universal», vale para cualquier pistola, rifle o escopeta.

Lejos de arruinar la experiencia jugable, creo que toda esta simplificación, que ya se dio en gran medida en Mass Effect 2, ha ido en beneficio de la parte jugable. Una vez que aceptado el hecho de que Mass Effect no nació como un juego de rol puro, sino más bien un híbrido que ha ido evolucionando hacia el género arcade, todo cobra sentido. La saga Mass Effect es un entramado de historias, de personajes carismáticos, de situaciones complicadas apoyadas en secuencias de acción, en definitiva, un producto que no busca ser el referente jugable de ningún género, sino de ser el mero hilo conductor de un rico universo, y en este sentido hay pocos, muy pocos juegos, que le puedan si quiera hacer sombra. En concreto esta tercera entrega va un paso más allá y toca los temas pendientes que se atisbaban en sus antecesores. El capítulo final se esmera en contarte todo aquello que quedaba pendiente, de reencontrarte con aquellos compañeros de batalla que te acompañaron en nuestras pesquisas, o de despedirte de ellos para siempre. Hay momentos emotivos y duros, decisiones que no solo afectan a un amigo sino que pueden decidir la existencia de una especie, y es cierto que en Mass Effect las decisiones siempre han sido un poco «blanco o negro», todo o nada, pero aún así consiguen hacerte dudar hasta el punto de sentirte mal con una decisión a sabiendas que será provechosa para el enfrentamiento final contra los Segadores.

A lo largo de la saga siempre ha habido una clara distinción entre las misiones principales y las secundarias, pero en Mass Effect 3 dicha separación se ha visto reducida hasta hacerla casi imperceptible. Aquellas misiones de «afinidad» de su segunda entrega han quedado perfectamente camufladas con momentos de mucho más empaque, de hecho algunas de estas misiones secundarias pueden afectar a la historia principal de manera muy evidente. También hay hueco para misiones secundarias «menores», como la búsqueda de artefactos y recursos por toda la galaxia, que corre a cargo del mini juego de escaneo de planetas el cual ha sido acertadamente simplificado para que no «corte» el desarrollo de la aventura. El resto sigue la tónica de la saga, con La Normandía como centro de operaciones desde la cual planificas tus futuros movimientos. Y la verdad es que la fórmula sigue funcionando de maravilla, te sigues sintiendo ese personaje especial capaz de cambiar el curso de la guerra escapando furtivamente de los segadores, realizando incursiones relámpago, charlando con los camaradas entre misión y misión, y realizando saltos entre sistemas planetarios.

También es marca de la casa el apartado gráfico, que ya en su primera entrega nos sorprendió con unos personajes magníficamente elaborados en los que destacaban unos primeros planos de infarto. Han pasado ya unos cuantos años desde aquello, y eso se deja notar porque el juego ya no sorprende tanto a pesar del excelente trabajo realizado con los rostros y armaduras. El Unreal Engine 3 vuelve a ser el elegido para dar vida a este universo con todo lo bueno y malo que suelen ofrecer los títulos basados en este motor. En este caso se nota que ha primado la labor artística sobre la técnica, porque si bien los personajes gozan de mucho mimo, algunos escenarios exteriores se notan algo vacíos, y no es raro ver elevaciones de terreno que muestran «ángulos» más que evidentes. También sigue chocando que las secuencias animadas grabadas en vídeo se vean manifiestamente peor que el juego debido al ratio de compresión, algo que a las alturas que estamos resulta casi injustificable, y que desgraciadamente desluce alguno de los momentos más épicos de la saga. No obstante a pesar de las carencias comentadas,  el juego luce bastante bien en términos generales. Pero en mi opinión el apartado técnico que da un plus al juego es el fabuloso acompañamiento musical, también marca de la casa, cuyas melodías van más allá de la simple ambientación. Todos los momentos álgidos de la aventura, que son muchos, están encumbradao por unos temas soberbios que saben transmitir la grandeza del momento hasta tal punto de erizarte el bello. Probablemente Mass Effect 3 sería mucho peor juego sin esta banda sonora, o al menos las sensaciones serían muy diferentes a las que me ha transmitido.

Porque no me cansaré de decirlo, Mass Effect 3, y en general la saga al completo, más allá de ser un buen arcade -o arcade/rol como prefieras llamarlo-, es un juego de sensaciones. Es de esos productos que no suponen una referencia en prácticamente ningún apartado, pero en el cómputo global se basta y sobra para transmitir mucho más que otros títulos más pulidos a todos los niveles. En total han sido 33 horas de puro placer argumental que cierran una trilogía ya consagrada en la industria del videojuego, y en mi humilde opinión, una de las mejores sagas no solo de la actual generación, sino de todos los tiempos. Jugar con Mass Effect me ha hecho rememorar aquella gloriosa época en la que sagas como Wing Commander te sumergían en un universo fantástico, pero a la vez creíble, en pos de salvar a la humanidad. Y conseguir este tipo de inmersión cuando uno ha dejado de ser un «crío» y ya tiene una edad, tiene doble mérito. No quiero dejarme en el tintero un apartado multijugador cooperativo más decente de lo que yo esperaba, y que te invita a luchar contra las fuerzas enemigas en diferentes oleadas para hacerte con el control de los sistemas de la galaxia. Y aunque me consta que ha tenido una aceptación bastante buena entre la comunidad de jugadores, sigo pensando que el auténtico motivo de existir de Mass Effect 3 es la de contar una historia, cosa que hace mejor que la mayoría de juegos existentes en el mercado. Mass Effect 3 es, en definitiva, la despedida por la puerta grande de una de las mejores historias que jamás se han desarrollado en la industria del videojuego.

LO MEJOR
Hay una mejora palpable en las secuencias de acción.
Las misiones secundarias han ganado en calidad.
El guión es en general excelente.
La banda sonora es fantástica.

LO PEOR
Algunos detalles gráficos podrían estar mejor.
En PC no soporta el mando de Xbox 360.

9/10