CLÁSICO – París Dakar

GÉNERO: Simulador
DESARROLLADORA: Zigurat
DISTRIBUIDORA: Made in Spain
VERSIONES: Amiga, Amstrad CPC, DOS, MSX, Spectrum
FECHA DE LANZAMIENTO: 1.988

UN JUEGO A LA ALTURA DEL RALLY

El rally Paris Dakar es una de las disciplinas automovilísticas más duras a las que se puede enfrentar un piloto. La mezcla entre carrera y aventura con ese toque de epicidad que impregna cada etapa, en el que además de ser el más rápido has de conseguir llegar a la meta sano y salvo, le convirtieron en una cita indispensable en el calendario de todo amante a los deportes de conducción. Si bien es cierto que ya poco queda de aquel evento, en su época de esplendor tuvo algunas adaptaciones en forma de videojuego que sin llegar a ser juegos “definitivos”, sí que consiguieron captar parte de esa esencia de la que hablaba anteriormente. Resulta paradójico que fuese un juego del año 88 el que, en mi opinión, se llevase el gato al agua, el que consiguió transmitir la dureza del rally mejor que ningún otro juego posterior, y que para más satisfacción, fue creado íntegramente en España.

Paris Dakar, desarrollado en 1988 por el tándem Zigurat-Made in Spain, fue una apuesta clara por representar el realismo y la dificultad que entrañaba participar en este rally. No hay que dejarse engañar por la perspectiva cenital desde la que controlamos a nuestro vehículo, ni siquiera por la escasa tasa de frames a la que se mueve el decorado, ya que Paris Dakar nos sorprendía con unas mecánicas jugables muy complejas, y un montón de detalles que para sí quisieran muchos juegos actuales. La carrera estaba dividida en tres escenarios diferentes: las carreteras de Europa, el norte de África con su desierto del Sahara, y por último la franja Niger Senegal cuyo árido recorrido nos llevaba hasta las puertas del Dakar. Cada escenario está dividido en 3 etapas lo que hacía un total de 9 niveles, que pueden parecer pocos, pero creedme que se podían hacer muy, pero que muy largos.

Uno de los mayores aciertos de este juego era que el recorrido de cada etapa se generaba aleatoriamente, por lo que jamás te encontrabas con dos tramos iguales. Existe un mapa grande por el que tenemos que orientarnos gracias a las indicaciones del Libro de Ruta, en el que se encuentran las anotaciones precisas para llevar a buen puerto nuestro vehículo.  Hay que tener un ojo en la carretera y otro en las indicaciones del libro, y al mismo tiempo jugar con el cuentakilómetros parcial, cuidar la mecánica y vigilar el nivel de gasolina. También podemos repostar combustible en las estaciones que hay diseminadas por las etapas, así como reparar aspectos como frenos, cambio, agua y dirección. Sin embargo su punto fuerte reside en la sensación de estar perdido, de tener que buscarte la vida con las indicaciones del Libro de Ruta. Y es que no estamos ante un juego de coches donde prime la velocidad, que también tiene su punto de importancia, sino más bien el sentido de la orientación. Cumplir a rajatabla con las anotaciones del libro es fundamental, y como se nos pase alguna indicación, o calculemos mal las distancias a recorrer, podemos quedarnos vagando indefinidamente por el escenario.

Técnicamente el juego apuesta por un desarrollo en perspectiva cenital, una decisión que considero un acierto total dada las limitadas capacidades de los ordenadores de la época. No obstante los escenarios eran bastante detallistas, las autopistas estaban salpicadas de estaciones de servicio, edificios y carteles, mientras que los desiertos se veían arropados de dunas y palmeras, conformando un buen apartado gráfico teniendo en cuenta que el juego fue programado con el Spectrum como plataforma base. La contrapartida era evidente: la tasa de frames era especialmente baja -algo mejor en 16 bits-, aunque dado el carácter pausado de la carrera se podía asumir perfectamente. El apartado sonoro era bastante discreto, y se componía de una melodía para los menús y el típico ronroneo del motor, que por otro lado tampoco era nada del otro mundo.
Además de la versión para Spectrum, el juego fue lanzado en Amstrad CPC, MSX, Amiga y PC, y todas ellas gozaron de un apartado técnico muy similar, tanto para lo bueno como para lo malo. Cabe destacar el aprovechamiento prácticamente nulo de las versiones 16 bits, que resultaron casi un calco de las versiones para 8 bits, algo más coloreada en el caso de Amiga, y desastrosa en PC con su paleta de 4 colores CGA. Como curiosidad negativa, la recreación del sonido del motor del coche en Amiga llegaba incluso a molestar. Una pena, dado lo que esta máquina podía hacer en temas musicales.

De lo que sí puede presumir Paris Dakar es de ser uno de los pocos juegos que consiguió recrear las dificultades de este fantástico evento de una manera más o menos acertada. Con el paso de los años fueron lanzados otros juegos sobre el rally Paris Dakar, pero en mi opinión ninguno fue tan completo como este título. A día de hoy puede parecer un título muy primitivo, pero el simple hecho de tener un escenario libre en el que orientarnos mediante unas simples anotaciones en un cuaderno, hacen de este juego algo diferente dentro del género automovilístico. Y hasta que una producción actual no haga que cambie de idea, considero a este juego como el mejor exponente del ya prácticamente extinto rally Paris Dakar.

LO MEJOR
No todo es conducir, también hay que saber orientarse.
El recorrido de cada etapa se genera aleatoriamente.

LO PEOR
El framerate no es especialmente elevado.
Las versiones de 16 bits son idénticas a las de 8 bits.

3 comentarios el “CLÁSICO – París Dakar

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